Análisis forense sobre momias de víctimas de sacrificios humanos

 


 

A veces la arqueología saca a la luz evidencias de atrocidades cometidas en el pasado, en algunas ocasiones como parte de rituales. Éste es el caso de la momia conocida como la Doncella de Llullaillaco, que fue encontrada en 1999, junto con otras momias de niños, en sepulcros incas de 500 años de antigüedad a muy poca distancia de la cima del Monte Llullaillaco, un volcán de 6.739 metros de altura en la frontera entre Argentina y Chile.


En un nuevo estudio, realizado por un equipo de científicos del Departamento de Medicina Legal en la Universidad de Copenhague en Dinamarca, la Universidad de Bradford en el Reino Unido, la Universidad Católica de Salta en Argentina, y la National Geographic Society de Estados Unidos, se han analizado los cuerpos, impresionantemente bien conservados, de tres momias infantiles, incluyendo la de la Doncella de Llullaillaco, a la que ahora se le atribuyen 13 años de edad en el momento de su muerte en vez de los 15 que se le calcularon inicialmente.
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La Doncella, una momia inca de 500 años de antigüedad, está muy bien preservada. (Foto: Johan Reinhard)

El principal resultado de la investigación forense a cargo del equipo de Niels Lynnerup, Chiara Villa y Andrew Wilson es que los tres niños fueron drogados con alcohol y hojas de coca antes de ser sacrificados.

A la Doncella de Llullaillaco se le encontraron incluso hojas masticadas de coca dentro de su boca, y los análisis muestran que incrementó notablemente su consumo de coca doce meses antes de su muerte, alcanzando su nivel máximo seis meses después. Los análisis también muestran que su consumo de alcohol alcanzó su nivel máximo durante las semanas previas a su muerte.

Los nuevos datos permiten conocer mejor qué sucedía en un sacrificio humano del Imperio Inca. Todo apunta a que las hojas de coca y el alcohol se usaban como parte del ritual inca en los meses y semanas previos a un sacrificio.

Lo poco que se sabía hasta ahora sobre este ritual religioso inca, llamado capacocha, proviene mayormente de documentos coloniales españoles.

Los científicos pueden decir con cierta certeza que la Doncella fue seleccionada como víctima del sacrificio doce meses antes de su muerte. Además, probablemente fue objeto de varios rituales en los que se usaba coca y alcohol, y ambas drogas le fueron administradas bajo supervisión durante algún tiempo.

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Niels Lynnerup, de pie, y Chiara Villa, trabajando en el análisis de escaneos mediante tomografía computerizada hechos a los tres niños incas estudiados. (Foto: Universidad de Copenhague)

No hubo indicios aparentes de violencia física contra los niños antes del día del sacrificio, pero la coca y el alcohol probablemente precipitaron su muerte.

Durante las últimas semanas de vida de la Doncella, sus niveles de consumo de coca y alcohol fueron mayores que los de los niños más pequeños. Esto parece indicar que se tuvo la necesidad de sedarla en ese periodo.

La postura en la que fue encontrada la momia de la Doncella hace pensar que cuando la joven fue depositada en la tumba estaba fuertemente narcotizada.

En el análisis también han trabajado Emma L. Brown, Andrew Healey, María Constanza Ceruti, Johan Reinhard, Carlos H. Previgliano, Facundo Arias Araoz, Josefina González Diez y Timothy Taylor.

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