De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, un millón de personas se quita la vida cada año en todo el mundo. En México, alrededor de 13 individuos se suicidan todos los días.
A pesar de las cifras, el suicidio no es considerado un problema de salud pública, como el cáncer o la diabetes; sin embargo, ya es la tercera causa de muerte de jóvenes de 15 a 24 años de edad.
En cuanto a los suicidios consumados, la tasa en Méximo es de 4.5 suicidios por cada 100 mil habitantes; es una tasa baja comparada con países como Estados Unidos, en donde es del doble o con países de Europa del Este, en donde es mucho mayor; incluso naciones latinoamericanas, como Cuba, presentan una tasa más alta.
No obstante, dos aspectos que podrían colocar al suicidio como un problema de salud pública son el aumento de las conductas suicidas y el crecimiento sistemático de suicidios que se han vivido en la población mexicana, que es de 300 por ciento en comparación con hace tres décadas.
Algunos factores de riesgo de suicidio están relacionados con aspectos sociales, religiosos, familiares, consumo de alcohol, uso de drogas, transtornos mentales como la depresión y problemas económicos, entre otros.
Entre los eventos relacionados con el suicidio se encuentran la ideación suicida, los planes suicidas y los intentos de suicidio. Se sabe que si una persona tiene pensamientos recurrentes sobre quitarse la vida y además presenta algún transtorno mental puede ser más fácil que pueda pasar a una siguiente etapa.
Enfrentar la problemática, como sociedad necesitamos un sistema de salud que ayude a los individuos a reconocer un problema de este tipo y se atiendan oportunamente.
A pesar de las cifras, el suicidio no es considerado un problema de salud pública, como el cáncer o la diabetes; sin embargo, ya es la tercera causa de muerte de jóvenes de 15 a 24 años de edad.
En cuanto a los suicidios consumados, la tasa en Méximo es de 4.5 suicidios por cada 100 mil habitantes; es una tasa baja comparada con países como Estados Unidos, en donde es del doble o con países de Europa del Este, en donde es mucho mayor; incluso naciones latinoamericanas, como Cuba, presentan una tasa más alta.
No obstante, dos aspectos que podrían colocar al suicidio como un problema de salud pública son el aumento de las conductas suicidas y el crecimiento sistemático de suicidios que se han vivido en la población mexicana, que es de 300 por ciento en comparación con hace tres décadas.
Algunos factores de riesgo de suicidio están relacionados con aspectos sociales, religiosos, familiares, consumo de alcohol, uso de drogas, transtornos mentales como la depresión y problemas económicos, entre otros.
Entre los eventos relacionados con el suicidio se encuentran la ideación suicida, los planes suicidas y los intentos de suicidio. Se sabe que si una persona tiene pensamientos recurrentes sobre quitarse la vida y además presenta algún transtorno mental puede ser más fácil que pueda pasar a una siguiente etapa.
Enfrentar la problemática, como sociedad necesitamos un sistema de salud que ayude a los individuos a reconocer un problema de este tipo y se atiendan oportunamente.
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