El incremento
en el uso de dispositivos electrónicos por la mayor parte de la comunidad
permite que se genere una diversificación de las conductas criminales a través
del uso de internet. Así lo expreso el Mtro. Alfredo Pérez Hernández,
Presidente de la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California y Director
del Instituto Regional de Investigación sobre Prevención y Participación
Ciudadana A.C.
Afirmo que la
ausencia de una cultura de prevención en el manejo de los equipos electrónicos,
ha propiciado que cada vez sean vulnerados niñas, niños y adolescentes por
grupos delictivos a través del vínculo que generan para posteriormente victimizarlos
y/o abusar de ellos.
En este
contexto, señalo que la prevención social de conductas ilícitas cibernéticas se
convierte en un problema de seguridad pública que debe detectarse e
identificarse para poder neutralizar los factores de riesgo por parte de las
autoridades.
Comento que el delito cibernético puede llegar a
lesionar la integridad personal y emocional de un individuo llevándolo muchos
de los casos al suicidio.
Señalo que en los últimos años ha aumentado su
incidencia en México, lo que debería despertar un interés en los actores
políticos y sociales para que pueda ser atendida dicha problemática.
“La mayoría de los cibernautas desconocemos los riesgos de la navegación en
Internet y eso nos convierte en un sector vulnerable”.
Varias de las conductas tipificadas como delito,
por ejemplo, fraude, secuestro, trata de personas inician a través de medios sociodigitales,
comento el presidente de la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California.
Según las estadísticas la explotación sexual de
menores de edad a través de Internet se incrementa de manera acelerada; este
delito ya ocupa un tercer lugar, detrás
de los fraudes y las amenazas por medios cibernéticos.
Por otra parte
agrego que el uso excesivo de internet genera un comportamiento similar al
generado durante una adicción, “se convierten en comportamientos compulsivos
dependiendo de su perfil y circunstancias personales”.
El catedrático
describió dentro de esa diversificación algunas conductas de inicio como el Sexting que comenzaba con el envío de
mensajes de texto vía SMS desde teléfonos móviles y al desarrollarse teléfonos
móviles con cámara permitió el envío de fotografías y video donde el o la protagonista posa en situación erótica o sexual.
A diferencia de otras conductas el material de
texto, fotográfico o de video es producido
de forma voluntaria por el mismo autor o autora quien lo difunde través
de su teléfono celular.
Por último, explico que de dicha conducta que
predomina en adolescentes surgió una variación llamada sex-casting y la cual se identifica por la grabación de contenidos
sexuales a través de la webcam y la difusión de los mismos a través de correos
electrónicos y redes sociales o cualquier canal que permita el empleo de
nuevas tecnologías. Por ello la urgencia de fortalecer la comunicación entre
padres e hijo y aprovechar los medios de comunicación para crear conciencia del
grave riesgo ante la ausencia de vigilancia, supervisión y una cultura
preventiva, concluyo.
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