Urge construir un Modelo de Intervención Integral para prevenir la violencia escolar en planteles de Tijuana. SocifoBC
TIJUANA B.C. Especialistas de la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California en coordinación con el Instituto Regional de Investigaciones sobre Prevención y Participación Ciudadana en Baja California A.C. coinciden en afirmar que los incrementos de la violencia escolar en planteles de Tijuana se ha venido manifestando de manera alarmante y esto motiva construir un modelo de intervención para contener y prevenir dicha violencia.
La Psic. Liliana Morales coordinadora de la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California señalo que luego de una investigación realizada a partir del 2014 a través del Programa Nacional para la Prevención del Delito 2014 en escuelas secundarias de la Col. El Pípila en la ciudad de Tijuana, se logro detectar algunas conductas de violencia escolar entre los estudiantes de secundaria y con ello proponer el desarrollo de un modelo de integración y estrategias cognitivas, conductuales, emocionales para disminuir y combatir dichas conductas.
En septiembre del 2010, la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), informó que el 40% de la población escolar de primaria y secundaria en nuestro país fue víctima del fenómeno de violencia llamado bullying.
Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), México ocupa el primer lugar internacional de casos de bullying en educación básica ya que afecta a 18 millones 781 mil 875 alumnos de primaria y secundaria tanto públicas como privadas, “esto nos habla de que la violencia en las escuelas está en aumento y el fenómeno se encuentra entre nuestros niños y jóvenes” refirió la psicóloga de la Socifo en Baja California.
Afirmo que la violencia en los planteles educativos no son hechos aislados y están afectando directamente a niños y adolescentes por lo que se deben diseñar estrategias integrales como las planteadas en el modelo para detener este fenómeno negativo.
Durante le explicación realizada en la Sala de Capacitación de la Sociedad de Ciencias Forenses en Baja California, acompañada de Cristina Padilla, Criminologa y coordinadora del Instituto Regional de Investigaciones sobre Prevención y Participación Ciudadana en Baja California así como Karla Rivera colaboradora de ambos organismos, señalaron que de 300 estudiantes evaluados en tres áreas de 36 ítems, se logra identificar el tipo de rol que con mayor frecuencia los estudiantes se clasifican, testigo u observador, agresor o víctima.
En la etapa numero dos se identifica el tipo de violencia entre los estudiantes, físico, emocional (psicológico), sexual o cibernético. Sin embargo, en esta etapa de la evaluación se logra identificar entre quien se da el acoso o violencia escolar, maestro – alumno, alumno-maestro o alumno-alumno, refirió Cristina Padilla, coordinadora de IRIS Prevención BC.
La tercera etapa que se evalúa es la capacidad de resiliencia que tienen los alumnos para sobrellevar situaciones de adversidad, así como la capacidad de desarrollo de habilidades y hábitos que tienen los jóvenes.
De acuerdo al análisis y los resultados de la evaluación se logra determinar que la violencia esta presente entre los adolescentes de las escuelas secundarias, 33% ha sido víctima de alguna manifestación de violencia dentro de los planteles educativos, 22% la ha ejercido de alguna forma y por lo menos el 37% la ha visualizado.
Afirman las representantes de ambas organizaciones que en cuanto a las manifestaciones de violencia que con mayor frecuencia se presenta entre los jóvenes fue a través de las redes sociales o llamada violencia cibernética con el 90%, seguida por la violencia emocional, sexual y física. Situación que orilla a los jóvenes a pasar por un proceso depresivo el cual debe prevenirse a tiempo y fortalecer la comunicación padre e hijo.
Respecto a la situación sobre cómo afrontan los jóvenes las situaciones adversas a través de la resiliencia, los alumnos mostraron un 65% para desarrollar esta habilidad y 55% mostró poco o nula aptitud.
Asimismo, el estudio señalo que uno de los grandes problemas que presentan tanto víctimas como abusadores, son las dificultades de relación con su entorno y las pocas habilidades sociales que permitan encontrar soluciones asertivas a las situaciones. Por ello, el modelo desarrollado conlleva a la integración de estos aspectos y sin que sea limitativo a la identificación de la violencia sino que ademas fortalezca los factores de protección a través de una articulación escuela, hogar.
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